Fraude fiscal elevado: sí hay dinero para pensiones dignas, pobreza y empleos dignos, pero los gobernantes no tienen voluntad

Cada vez que salen a la palestra los presupuestos siempre nos dicen que no hay dinero para todo. Sin embargo, los gobernantes siempre guardan una parte importante para la élite económica en ayudas en gastos fiscales, en reducción del pago de impuestos y en ayudas directas a empresas, pero nos dicen que no hay dinero para lograr pensiones dignas, es decir que no haya ninguna pensión por debajo del umbral de la pobreza, teniendo en cuenta la medición que hace la Unión Europea, y que en Hego Euskal Herria se sitúa en 1.080€.

Tampoco, nos dicen, hay dinero para reducir el impacto brutal de la pobreza en una zona (Euskal Herria) en la cabeza de las regiones europeas más ricas. En principio, la cuantía actual de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) es insuficiente, es inferior al umbral de la pobreza, y además, no llega al 100% del salario mínimo (SMI). Durante años ha sufrido recortes, un 13,5 % sobre las previsiones iniciales de la ley de 2008, y acumula una pérdida de poder adquisitivo del 11,9% de 2009 a 2017.

Cada día vemos como los empresarios (sin excepción) se aprovechan de la legislación laboral que, debido a las últimas reformas laborales, les permite el uso abusivo de contrataciones a tiempo parcial, con sueldos bajos e, incluso, contratos parciales para realizar jornadas normalizadas, horas extras que no se pagan. Todo para revertir en beneficios para los bolsillos de esos empresarios. En este sentido, la Administración pública no es un ejemplo de buen hacer, porque el empleo temporal ronda el 35%. ¡Tome buena nota Urkullu y cia.!

Esa radiografía cruel de lo que está pasando en una zona rica como Euskal Herria contrasta con la existencia del fraude fiscal, el negocio en paraísos fiscales para manipular las cuentas y la elusión fiscal. Aunque las haciendas forales afloraron cerca de 800 millones en 2017, tres de cada cuatro euros (por ser generoso) no han terminado en las arcas públicas. Sin embargo, los estudios nada sospechosos como “Economía sumergida y fraude fiscal en la C.A. de Euskadi”, elaborado por Ignacio Zubiri, Javier Fernández-Macho y M. Carmen Gallastegui, todos ellos catedráticos, confirman fraude fiscal en el 17,39% del PIB, lo que significa más de 12.000 millones que no se declaran y que impiden unos ingresos de 3.700 millones -más de 2.000 millones a las arcas de las haciendas- al sistema público.

En el Estado español la economía sumergida supone, aproximadamente, el 20% del PIB, un valor bastante por encima del en torno del 15% de la media europea. Así, la pérdida de recaudación se estima en 70.000 millones de euros, aproximadamente el 6% del PIB nacional, según datos de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) en su estudio de junio de este año.

Conclusión: la riqueza crece, pero los responsables de los gobiernos no actúan y, sin embargo, siempre aducen que no hay dinero, ¡cuándo más riqueza hay en Hego Euskal Herria de su historia! Nos toman el pelo y, desde luego, no sirven posturas intermedias, porque eso es, como se suele decir, ‘pan para hoy y hambre para mañana’.

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